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De mis lecturas

USA DEPENDE DE LOS BIENES QUE PRODUCE EL RESTO DEL MUNDO

Una de las características fundamentales de Estados Unidos es el enorme desequilibrio en su balanza comercial: un consumo mucho mayor que la producción indica un decadente poder real. Estados Unidos vive de unas importaciones brutales que no cubre con exportaciones, sino con emisiones de dólares: financia su déficit comercial emitiendo bonos del Tesoro. Pero sólo puede hacerlo porque el dólar es la moneda de reserva mundial: se utiliza para las transacciones internacionales y también, en gran medida para que los más ricos atesoren su dinero en paraísos fiscales. Podemos estimar que un tercio de los dólares en circulación se atesoran en paraísos fiscales.

Del mismo modo que para valorar la riqueza real de un pais es necesario despojar el PIB de su valoración ficticia, si queremos hacer una estimación correcta del déficit exterior de Estados Unidos, debemos considerar únicamente los bienes y dejar a un lado los servicios.

En bruto, el déficit ha aumentado un 173% entre 2000 y 2022. Deflactado por el índice de precios, ha aumentado un 60%. Este incremento del déficit comercial persiste a pesar de la reorientación proteccionista oficial iniciada con Obama, reforzada por Trump y retomada por Biden, muestra de la irrevocable decadencia estadounidense.

Si queremos evaluar en profundidad el potencial de una economía, tenemos que fijarnos en los productores, las personas que fabrican las cosas: una economía es ante todo un conjunto de personas que se han formado en una serie de competencias. Para llegar a ser incapaz de producir los proyectiles necesarios para Ucrania, Estados Unidos primero tuvo que acabar con las personas que los fabricaban. La industria de defensa estadounidense, que en la década de 1980 empleaba a 3,2 millones de trabajadores, ahora sólo emplea a 1,1 millones. Una reducción de dos tercios.

Esta reducción de la mano de obra nos ofrece un indicador concreto del declive no sólo material sino humano que ha golpeado a la industria estadounidense.

Con más del doble de población que Rusia, forma probablemente un 33% menos de ingenieros que esta última. USA necesita reclutar a los mejores estudiantes de ciencia y tecnología para construir una industria capaz de hacer crecer su potencial industrial pero sólo el 7,2% de los alumnos estadounidenses siguen estudios STEM. Hay una fuga social interna de cerebros hacia derecho, finanzas, empresariales y escuelas de negocios, sectores todos ellos en los que los ingresos pueden ser superiores a los de la ingeniería o la investigación científica.

Derecho, finanzas o empresariales, lejos de mejorar las capacidades productivas o incluso intelectuales de los individuos en cuestión, les otorgaban, en virtud de su posición social, una mayor capacidad de depredación de la riqueza producida por el país. Así, los abogados, banqueros y tantos trabajadirws de elite, con exhorbitantes ingresos, son esa jauría de parásitos y depredadores, que hunden las posibilidades de su país.

La perversión máxima la ha producido el desarrollo de la educación: la multiplicación diplomados universitarios genera una multiplicación de parásitos. El gran número de profesionales con salarios que triplican los salarios europeos por tareas equivalentes, hacen que el PIB estadounidense  esté inflado artificialmente. 

Resumiendo: una renta per capita USA inflada que no refleja el nivel de vida real, y a la vez una incapacidad para producir bienes reales: el mejor caldo de cultivo para la decadencia.

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